La audición en los niños
Los bebés y niños aprenden muchas cosas por imitación y en el caso del desarrollo del lenguaje ocurre lo mismo. Para que un niño aprenda a hablar es necesario que pueda discriminar los diferentes sonidos.
Por todo esto es importante que los niños sean estimulados desde el nacimiento, de esta manera es posible detectar prematuramente si existe algún trastorno auditivo. Actualmente el abanico de métodos de detección y de herramientas en caso de poseer una pérdida es muy extenso y muy específico para casos pediátricos.
Estadísticamente, la pérdida auditiva afecta a entre 1 y 4 niños por cada 1.000 nacimientos. Esta cantidad es muy superior si incluimos a los niños con pérdida producida por infecciones del oído o de un lado. Para lograr entender mejor estos, es importante comprender cómo aprende a oír y escuchar un niño, además de conocer los indicadores de comunicación para su edad.
Por ejemplo, tras el nacimiento, la audición de un recién nacido es similar a la de los adultos, pero los bebés deben aprender a asociar los sonidos con palabras y conceptos. Una de las capacidades auditivas más precoces y sencillas de observar es la localización: la habilidad de ubicar la fuente de un sonido.
El desarrollo de la audición en los niños
No necesariamente se presentarán todas las habilidades descritas para un rango de edad sino hasta que el niño alcance el límite superior del mismo, teniendo en cuenta siempre ciertos factores (como si nació prematuro o si posee antecedentes familiares); por esto, es importante mantener una comunicación fluida y consciente con el médico, quien podrá anticipar si existe la presencia de algún problema auditivo y cómo sobrellevarlo.
Recién nacido hasta los 3 meses
- Reacciona a los sonidos.
- Se calma o sonríe cuando le hablan.
- Reconoce su voz y si está llorando se calma al oírla.
- Si lo están alimentando, comienza o para de succionar en respuesta a un sonido.
- Balbucea, murmura o emite sonidos agradables.
- Llora de modo especial, según la necesidad que tenga.
- Sonríe cuando lo ve a usted.
De 4 a 6 meses
- Sigue los sonidos con los ojos.
- Responde a los cambios en el tono de su voz.
- Reconoce objetos que producen sonidos.
- Presta atención a la música.
- Balbucea de manera parecida al habla y usa una gran variedad de sonidos, incluso los que comienzan con “pa”, “ba” y “mi”.
- Se ríe.
- Balbucea cuando está emocionado o triste.
- Hace sonidos de gorgoteo cuando está solo o jugando con usted.
De 7 meses a 1 año
- Le gusta jugar a palmotear (aplaudir) y a esconderse.
- Voltea la cabeza y mira hacia donde provienen los sonidos.
- Escucha cuando se le habla.
- Entiende las palabras de las cosas comunes, por ejemplo, “taza”, “camión”, “jugo” y “papá”.
- Responde a lo que se le pide (“ven acá”).
- Balbucea grupos de sonidos largos y cortos (“mimi”, “papapa”, “babababa”).
- Balbucea para llamar la atención y mantenerla.
- Se comunica usando gestos, como por ejemplo manoteando o levantando los brazos.
- Imita diferentes sonidos del habla.
- Para el primer año, dice una o dos palabras (“mamá”, “papá”, “no” y “adiós”)
De 1 a 2 años
- Conoce varias partes del cuerpo y puede indicarlas cuando se le pregunta.
- Sigue órdenes simples (“dame la bola”) y entiende preguntas simples (“¿dónde está tu zapato?”).
- Disfruta de cuentos, canciones y rimas breves.
- Señala los dibujos en un libro si se le pregunta sobre ellos.
- Adquiere nuevas palabras constantemente.
- Hace preguntas usando una o dos palabras (“¿dónde está?” o “¿tú vas?”).
- Junta dos palabras (“más pan”).
- Usa diferentes sonidos de consonantes al comienzo de las palabras.
De 2 a 3 años
- Usa una palabra para casi todo.
- Usa frases de dos o tres palabras para hablar de algo o pedir algo.
- Usa estos sonidos: “g”, “f” y “s”.
- Habla de modo que se hace entender por los miembros de la familia y amigos.
- Nombra los objetos para pedirlos o para que se les preste atención.
De 3 a 4 años
- Oye cuando lo llaman desde otra habitación.
- Oye la televisión o la radio al mismo volumen que otros miembros de la familia.
- Contesta cuando le preguntan, “¿quién?”, “¿qué?”, “¿dónde?” y “¿por qué?”.
- Habla sobre lo que hace en la escuela o en casa de sus amistades.
- Usa oraciones con cuatro o más palabras.
- Habla fácilmente sin tener que repetir sílabas o palabras.
De 4 a 5 años
- Presta atención a un cuento corto y contesta preguntas simples sobre éste.
- Escucha y entiende la mayoría de lo que se dice en casa o en la escuela.
- Usa oraciones que contienen muchos detalles.
- Relata cuentos manteniéndose en el tema.
- Se comunica fácilmente con otros niños y adultos.
- Dice la mayoría de los sonidos correctamente, a excepción de unos pocos (“g”, “f”, “s”, “r”, “l”, “ch”).
- Usa palabras que riman.
- Nombra algunas letras y números.
- Usa gramática de adultos.
Pérdida auditiva y soluciones pediátricas
no se da cuenta de que alguien que se encuentra fuera de su campo de visión le está hablando, especialmente si las distracciones son mínimas;
se sobresalta o sorprende al darse cuenta de que le han llamado, independientemente del nivel de ruido;
se sienta cerca del televisor, incluso cuando el volumen del aparato es suficientemente alto para que lo escuche el resto de la familia;
sube el volumen del televisor o del equipo de música a un nivel excesivo;
no responde a las voces en el teléfono o cambia constantemente el auricular de un oído al otro;
no reacciona ante sonidos intensos o fuertes.
Como padre de un niño con pérdida auditiva, es importante entender que con los años los niños tienen distintas necesidades a las que es indispensable ajustarse. Ésto requiere una solución integral, tratamiento fono y psicopedagógico, uso de aparatos de ayuda auditiva, interacción y ejercicios con la familia.
A la hora de considerar las soluciones que podrían ayudar a su hijo, es importante tener en cuenta todas las opciones y oportunidades. Las prótesis auditivas pueden ayudar a la mayoría de los niños que padecen hipoacusia de leve a moderada. Sin embargo, en algunos casos puede que la prótesis auditiva no sea suficiente. En ese caso, una solución implantable puede ser una buena opción para su hijo. En cualquier caso, los bebés y niños pequeños están comenzando a explorar el mundo del sonido y el equipo que necesitan tiene que ser seguro y fácil de usar para los padres y deben contar con la información y el acompañamiento profesional adecuado.
Un profesional de la audición puede explicarle las opciones que son adecuadas para su hijo y ayudarle a tomar una decisión con pleno conocimiento de causa.
Nosotros podemos ayudarlos.


